Mi pasión por los tatuajes empezó cuando era una niña, ya que veía los tatuajes que llevaba mi padre, hechos en la mili.
De pequeña dibujaba mucho, sobre todo cómics.
Cuando cumplí 19 años, empecé a visitar convenciones de tatuajes, y poco a poco hacia de asistente en varios estudios de tatuajes buscando aprendizaje. Pocos años después encontré uno en Francia, donde aprendí las bases.
En este momento trabajo junto a Yarda como aprendiz, porque en este mundo cada día se aprenden cosas nuevas.